El rival abandona la esquina del ring y va a por ti sin titubeo, quiere liquidar pronto este asunto.
Es un peso pesado y pega duro de verdad, a lo mejor no duras ni un asalto, a lo mejor te vas a la lona.
Toca defenderse, capear el temporal, mirar al suelo y esperar.
La victoria exige un acto de fe.
Al público todo le pilla por sorpresa y permanecerá callado, frío, soberbio, inaccesible, azul o gris.
Por la vertiente de Garde salva 900 metros de desnivel en 10 kilómetros.
Samuel Porcel Dieste.