miércoles, 29 de junio de 2022

Crónica del Reto Solidario Infinity Larúes. 762 Km, 13.000 mts de desnviel en 39 horas y 16 minutos

 

El proyecto.

Quise plantear un reto solidario en favor de los más de veinte mil beneficiarios de la Fundación Banco de Alimentos de Zaragoza y lancé el desafío de completar el recorrido largo del Infinity Pirineos en un tiempo máximo de 45 horas. 

La idea era realizar un reto asumible para no ir con el agua al cuello (calculaba que me llevaría entre 38 y 40 horas) pero llamativo para que tuviese difusión y las empresas y los particulares se animasen a donar.

Al final ha quedado un proyecto bonito y colectivo en el que la solidaridad de algunas empresas (Skoda Zaratecno, Fundación Rey Ardid, Alen Bikes y Astún Estación de Esquí y Montaña), la generosidad de los particulares anónimos, el apoyo de los medios (Heraldo de Aragón, Diario del Alto Aragón, El Pirineo Aragonés, Aragón Digital, Aragón Radio e Infinity Pirineos) y el buen hacer y prestigio de los voluntarios del Banco de Alimentos han conseguido recaudar 3.847,50 Euros que irán destinados a los segundos platos en la campaña de verano (al cambio unos 1.900 kg de comida para aquellos que no tienen nada y a los que les deseo toda la suerte del mundo).

El próximo, con más experiencia y tiempo, más y mejor.


Introducción. Oda al ciclismo y a mi casa.

Veréis, tal y como yo lo veo, el ciclismo es una cuestión de valores porque las cualidades que te definen como ciclista emanan de tu propia cultura.

La cultura, los valores, los principios, son algo aprehendido y, de esta manera, el ciclista empieza a construirse desde niño, a base de escuchar, y leer, historias y leyendas. Solo así surge esa curiosidad por saber de qué se está hablando en aquellas aventuras anónimas, en aquellas lides por abrirse paso en un camino de piedras.

Y si hablo de valores qué mejor manera que realizar este proyecto allí de donde los tomé. 

El caso es que pasé los cálidos veranos de mi infancia escuchando historias de estrecheces y la Ley del máximo esfuerzo. 

Si esta pasión versa sobre valores y principios resulta natural identificarse con una entidad como la Fundación Banco de Alimentos de Zaragoza. 

Y de allí este proyecto.

Aventura dedicada a mi madre y a mi abuela Magdalena que, además de la vida, me dieron un lugar donde pasarla y unos buenos valores.

Capítulo 1. Prisas. 

En la tarde del sabado los pronósticos del tiempo seguían manteniendo la alerta por lluvias y tormentas hasta el domingo por la noche y vi clara la jugada. En Escarrilla (Km 270) me agencié una barra de pan, dos plátanos y un poco de embutido con el objetivo de cenar allí donde la lluvia me exigiese buscar refugio y minimizar las pérdidas de tiempo.

Mientras el tiempo aguantase yo debía mantenerme en la carretera y así me privé de una agradable cena caliente.

Y hasta el kilómetro 370 solo paré media hora.


Arranco desde Larués a las seis y cuarto y a primera hora alcanzo ya Santa Bárbara. Este pequeño puerto fue la primera subida que hice, allá por los años 90, con cartel de puerto. 


Para respetar al máximo posible el itinerario hago un sube y baja al pueblo de Bernués.


Los repechos de Javierrelatre son unos viejos conocidos de este blog.


Y así, entre cuestas, llegamos al inicio del largo Puerto del Serrablo.






















Bajo por donde he subido y emprendo el alto de Navasa con un tramo sin asfaltar por las obras de la carretera, que está cortada.







El siguiente puerto fue el Alto del Petralba.







Desciendo de nuevo a Sabiñánigo y me meto por Larrede y la ruta del románico del Serrablo.





Siguiente dificultad: Hoz de Jaca





Después subo al Balneario de Panticosa donde trabajé unos seis años.









Tras este alto subo Formigal por Salllent.




Voy bien de tiempo y las subidas a Betés y a Barbenuta las hago también de día.







Subiendo al Cotefablo empiezan las tormentas y lo bajo con algo de lluvia. En Biescas arrecia la lluvia y aprovecho, mientras se pasa el temporal, para cenar media barra de pan bajo el techo de la gasolinera.



Capítulo 2. Tormentas

Paso la noche en tensión viendo relampaguear en todas las direcciones. Sin embargo, con el viento en calma, aquellas tormentas quedaron inmóviles y nunca dejaron la categoría de amenaza. 

Bajando Oroel, sobre las dos de la mañana, me entra sueño pero consigo superar ese trance con dos barritas y algo de resignación. De todos modos, ¿qué otra opción tenía? Con el suelo mojado y el temor de ser alcanzado por alguna tormenta hubiese sido imposible echar una cabezada.

Hago el complicado descenso de San Juan de La Peña  bajo la lluvia y en Santa Cruz, pasadas las cuatro y media de la madrugada, busco refugio para apurar la comida que aún me quedaba.

La subida a Acumuer no es dura pero la bajada, por una carretera en mal estado, se me hizo complicada.



Oroel y el Monasterio de San Juan de La Peña.








En Rapitán (Jaca, km 475) ya ha amanecido y cierro una emocionante noche. 



Vista de Villanovilla.



Capítulo 3. Retrospectiva existente.

El Domingo amanece espléndido quedando claro que los meteorólogos habían errado el tiro. Así que solo tuve que dejarme llevar por mis carreteras de toda la vida.

Empiezo con la subida a Astún, donde también trabajé unos años. La primera vez que la ascendí con la bici fue en el 99. En aquella época no tenía tanto fuelle y mi madre me acercó hasta Jaca para hacer el puerto. Y aún así pasé mis aprietos...








Lo siguiente fue la triada de puertos que hay entre Villanúa y Jasa. Conocí el lugar  en una ruta aciaga con mi hermano a principios del presente siglo. Aquel día queríamos hacer un Larués Somport pero añadimos, por una equivocación de mi hermano (qué difícil, por no decir imposible, era hacerle entrar en razón) parte de la subida a Saleras (Aísa) y en Aratorés tuvimos que dar media vuelta.











La subida a Lizara es otra vieja conocida y, por lo tanto, más de una vez me ha visto penar y retorcerme en sus rampas. Esta vez no fue el caso.






Después, voy al Valle de Hecho y comienzo por Gabardito.



La subida a Oza quizá sea lo más bonito de esta ruta. Larga pero muy suave y, según cuenta la leyenda, en algún descenso vertiginoso se vieron saltar chispas.



El Puerto de Hecho es otro clásico de la infancia. Cuando lo subí por pimera vez (93 ó 94) la carretera lucía diferente gracias a su estrechez. Aquella etapa fue dura y pude dar alcance al bueno, y orgulloso, de Juanma camino de Berdún. Eso no pasaba todos los días. Allí mi hermano y Fidel volvieron al pueblo por Puente La Reina mientras Juanma y yo lo hicimos por Martes. Allí paramos un buen rato en el río. Cuando llegué a casa, mucho más tarde que mi hermano, mi abuela, entre sollozos y preocupada, andaba abroncándole por no saber qué había sido de su hermano pequeño.





El Refugio de Linza fue el penúltimo. Le guardo un bonito recuerdo porque estuvo presente en la primera ruta invernal que hice en mi vida, cuando, cerca de los treinta, la bicicleta dejó de ser solo cosa de la primavera y el verano.









El último puerto de la jornada fue Matamachos por Ansó. Pasó a mi historial en la bonita etapa Larués- Belagua- Isaba hace más de veinte años. En aquella ocasión mi padre, el cicloturista más lento que jamás haya conocido, se animó a hacer parte del recorrido, y lo hubiese hecho más rápido andando.



Fago.



Bueno, y como colofón, la subida a Alastuey. El día que la hicimos por primera vez fue un rosario de pájaras y desfallecimientos. Aquello pareció el Tourmalet...


Línea de meta, como en tantísimas ocasiones. Al final 39 horas y 16 minutos y caso resuelto.















NOTA: Las fotografías no muestran la belleza del recorrido. Mi cámara falló y tuve que hacerlas con el móvil.


Enlace a cronoescalada https://www.cronoescalada.com/tracks/view/808605

Enlace a la web de Infinity Pirineos https://infinitypirineos.com/




martes, 21 de junio de 2022

Villanueva, Ayerbe, Jaca, Somport, Plateau Lehrs, Houratate, Lourdious, Ichere, Arette, Piedra de San Martín, Garde, Berdún, Larués

 

Las fotografías las realicé el sábado 11 de Junio en el itinerario descrito en el título. Fueron 356 km y 6.200 metros de desnivel.


Bueno, pues última ruta preparatoria antes de afrontar un reto personal y a beneficio de la Fundación Banco de Alimentos de Zaragoza y para el que he planteado un recorrido de 762 Km y 13.000 metros de desnivel por las comarcas oscenses de La Jacetania y el Alto Gállego. 

Veremos a ver cómo sale y si se anima alguna empresa más a colaborar.

https://bancodealimentosdezaragoza.es/kilometros-por-alimentos-el-nuevo-desafio-de-samuel-porcel/


Por Ayerbe paso muchas veces y creo que nunca le había dedicado una fotografía.
















El Puerto de Oroel fue la primera dificultad de la jonrada.

















El Somport, como siempre, magnífico.
















Plateu de Lehrs, quizá el gran desconocido del Pirineo Francés, es un puerto de primera categoría situado en el Valle del Aspe.



















El Col de Houratate también tiene su dificultad.

















El Col de Lie resulta mucho más sencillo.

















La Piedra de San Martín, desde Arette, ya son palabras mayores. Un gran puerto.


















Matamachos, por Garde, ya en Navarra, es un bonito puerto de paso y me devuelve a Huesca.
















Ansó
















Y una de baches llegando a mi pueblo.