Las fotografías
las realicé el pasados sábado en el itinerario descrito en el título. Fueron
304 Km y unos 6.500 metros de desnivel.
A estas alturas
del año, tras tantos kilómetros y momentos imborrables, la motivación empieza a
escasear.
La verdad es que
apetecen más las tapas y las cañas que las carreteras pero si me pongo en ese
plan bien haría en cambiar la París Brest por un ciento de danacoles.
O sea que tengo
que salir y, para ello, lo mejor es encontrar alguna ruta especialmente
interesante.
Afortunadamente
no tuve que buscar mucho porque, este año, poco he tocado los Pirineos, y apetecer, apetecían.
Evité el Marie
Blanc cogiendo la carretera que va directamente al pueblo de Arudy. Terreno muy
suave y, actualmente, tranquilo.
Hasta llegar a
Ferrieres, donde comienza el Col de Spandelles, se atraviesan bonitos pueblos y rincones.
Una foto de
Jouvie-Bouzon.
Vieja casona al
pie de la carretera.
Col de Spandelles
(10 Km y unos 850 metros de desnivel). Un puerto duro y espectacular que cada vez me gusta
más.
A Luz Ardiden subí por la desconocida vertiente de Viscos (14 Km y 1.100 metros de desnivel) que
empalma con la celebérrima a tres kilómetros de la cima.
Curiosa iglesia,
al estilo de las de por aquí, en Luz Saint Sauveur.
La ascensión a
Pont de Espagne (18 kilómetros y 1.000 metros de desnivel) atraviesa Cauterets, lugar donde finalizó, este año, una etapa del
Tour.
¡Qué chorrazo!
Herraduras y
domingueros belgas, los más escalofriantes de todos.
La cima no ofrece
gran cosa.
Hautacam
(15 Kilómetros y unos 1.000 metros de desnivel) ya es otra película.
El Col de Soulor
por Argeles Gazost se hace bastante largo merced a sus 20 Km (5% de pendiente
media)
El Col del
Aubisque, como casi todas las tardes, con niebla.
La ascensión al Marie Blanc, ya de noche, tuvo momentos fantasmagóricos.
El Valle del Aspe
rindiendo homenaje a Zaragoza.
En efecto: no es baladí el rumor que dice que el ayuntamineto de la ciudad, Zaragoza, barajó poner al antes llamado pabellón príncipe Felipe el nombre de Pabellón Verde/rojo/a/ambar, en honor, claro está, de los escasos semáforos que tenemos.
ResponderEliminarMagnífica ruta. Magníficas fotos y no menos magnífica la señalización luminosa.
FF
Efectivamente en Zaragoza los semáforos campan a sus anchas sembrando el caos entres sus moradores...aunque a usted ya le queda poco de aguantarlos, por aquello de la jubilación.
ResponderEliminarUn saludo Franqui.
Llego a casa tras tres semanas intensas de bici con unas ganas inmensas de dejar la bici aparcada por una temporada, ..., pero veo tus entradas y me entra un ansia tremenda de irme a Pirineos. Eres como un soplo de aire fresco que me quita las ganas de tirarla por ahí. Me das una envidia que te cagas. Tendré que darte las gracias por ello, jejeje
ResponderEliminar¡Se echaban de menos tus comentarios! ¡Me alegro que estés de vuelta y ya tengo ganas de ver las actualizaciones de tu blog!
ResponderEliminarGracias a ti por los elogios.
Un saludo.