Al final los puertos, las montañas, los paisajes, como las letras y todo lo artístico, no son un algo inmutable porque se perciben a través de la mirada y ésta cambia con el paso del tiempo.
Si, además, al componente subjetivo le añadimos la parte viva del medio (el aire, la luz, los colores, los sonidos...) uno nunca puede osar a dar una región por completamente conocida, salvo que sea un necio y digan que yo lo digo.
A redescubrir mis montañas quise dedicar los días de vacaciones que aún me quedaban pendientes del año pasado.
Miércoles. Larués, Aísa, Urdos, Aubise, Urdos, Aísa, Larués. 187 Km y 3.800 metros de desnivel.
Pasados los tres puertos que comunican el Valle de Echo con el del Aragón me doy cuenta que he perdido la cámara, y bien empiezan las vacaciones.
Al menos el aparato, en servicio desde el 2016, ya había cumplido con creces y, por otro lado, sólo perdí las tres primeras fotos de este proyecto.
En Urdós, sin saber muy bien hacia donde tirar, veo una camioneta bajando por la ladera y pienso que el camino deberá estar asfaltado. Así que me decido a indagar ese prometedor zig zag y descubro un buen alto (que no pude culminar por la presencia de nieve) del que daré más detalles con las fotos.
El Somport, con nieve, resulta muy interesante.
El descubrimiento, hasta donde llegué, suma 4 kilómetros al 10%. A tenor de la señal que da la bienvenida a la ascensión creo que me quedé muy cerca de la cima. Ya volveré en Abril o Mayo.
Jueves. Urdos, Col Houratate, Col Lie, Issarbe, Lanne, Barcous, Arette, Col Ichere, Urdos. 167 Km y 3.200 metros de desnivel.
El Houratate (comienza en Osse en Aspe) tenía que caer sí o sí. Como la continuación hacia el Col de Labays estaba cerrada por la presencia de nieve me decanté por tirar al duro Issarbe (Col de Hourcere en el Tour, primera categoría).
Después decido tirar hacia Barcous, ya en el País Vasco francés, y hacer un pequeño bucle por la región porque hacía años que no pasaba por allí. Un sitio espectacular salpicado de repechos y por carreteras muy tranquilas. De diez.
Finalizo añadiendo el modesto, pero hermoso, Col de Icheré.
El Houratate, uno de mis puertos favoritos de los Pirineos.
Después subo el corto (2,5 Km) pero explosivo (un 9% de pendiente media) Col de Lie.
El plato fuerte del día fue la subida a Issarbe/Hourceré. La cima está cerrada y no se puede seguir hasta el mítico Soudet.
Bajo por el mismo sitio y voy hacia el País Vasco francés pasando por Barcous, lugar para el que la Primera Guerra Mundial fue una auténtica escabechina.
El Col de Icheré fue el broche de oro a una bonita jornada.
Viernes. Cette, Saint Chisnau, Site Aubisque, Col Marie Blanc, Anapia, Cette. 155 Km y 3.000 metros de desnivel.
Otra visita obligada era la del Aubisque (no lo subía desde el 2021 y, encima, en aquella ocasión lo hice de noche) así que diseño una etapa con ese punto de partida.
Añado el Marie Blanc por su vertiente fácil y la espectacular subida a Anapia y ya tenemos una jornada espectacular.
Evito el Marie Blanc por Escot yendo a Arudy por Saint Chisnau.
El Aubisque (bueno, el último kilómetro y medio está cortado en estas fechas) estuvo impresionante.
El Marie Blanc, por Bielle, también resulta muy bonito.
Anapia (hasta Lescún comparte el trazado con el Laberouat) salva 500 metros de desnivel en unos 9 kilómetros. Uno de los altos más impresionantes de los Pirineos aunque, me temo, poco conocido.
Sábado. Larués, Selva de Oza, Refugio de Gabardito, Alto de Echo, Urdués, Refugio de Lizara, Larués. 163 Km y 2.400 metros de desnivel.
No quise dejar de lado los bonitos puertos de La Jacetania, mi comarca, y el sábado se los dediqué a ellos.
La subida a Selva de Oza (intransitable en sus últimos dos kilómetros por la nieve) no tiene la entidad de puerto pero, igualmente, es una visita obligada.
La subida a Gabardito, con la nieve, fue muy diferente a las pasadas. De diez.
Sube y baja al modesto Puerto de Echo y visita a Urdués para no dejar cabo suelto en el bonito Valle de Echo.
Lizara, en Aragüés del Puerto, es bonito de por sí pero ya con nieve...
Y ya terreno favorable hasta casa.
Lunes. Ansó, Garde, Arette, Refugio de Linza, Ansó. 164 Km y 3.400 metros de desnivel.
Tras un buen Domingo con los amigos haciendo leña (bueno, servidor, y dado su nulo nivel manejando máquinas, más de apoyo moral que otra cosa) retomo el viaje cicloturista el lunes.
Tenía muchas ganas, no sé por qué, de subir La Piedra de San Martín por Arette y, a partir de allí, el recorrido se diseñó solo.
Primer puerto, el Matamachos.
La Piedra de San Martín, desde Isaba, quizá sea el puerto más bonito de Navarra. Además los vaivenes del viento, llevando la niebla de aquí para allá, le dieron un toque muy especial.
Se intuye un descenso gélido por la niebla y, en la cima, me pongo todo el abrigo que llevo. Aprovecho la salida de la inmersión en la niebla para parar, entrar en calor y hacer una foto de lo que me espera en la vuelta.
En Arette media vuelta y otra vez hacia arriba.
La subida al Refugio de Linza pone la guinda a otro bonito día.
Martes. Lanave, Yeba, Lanave. 150 Km y 2.400 metros de desnivel.
Y a entonar el pobre de mí, que mañana ya toca trabajar, me fui al Sobrarbe. La verdad es que el Alto de Yeba es una de las subidas imprescindibles del Pirineo oscense.
Pero primero, el sempiterno Serrablo por Laguarta.
Lo dicho, Yeba resulta impresionante. Por su vertiente sur tiene 10 Kilómetros y salvará algo más de 500 metros. Por la norte (que empieza en el pueblo homónimo, donde acaba la carretera) son tan sólo 5 kilómetros.
Gracias Samuel por enseñarnos estos paisajes y proponernos rutas de bicicleta.
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