viernes, 8 de marzo de 2013

Collado de Campo Grande, 1.053 metros de altitud

Palabras sobre Campo Grande dedicadas a mi prima Elena.

 
Giramos al sur y el frente queda estático, mudo, inofensivo,
y no es la retaguardia del tramposo, ni un puesto de mando
arrogante y ocioso, ni el querer inoperante del capturado,
ni un hospital de campaña, a ratos trágico, a ratos cómico.

Se trata de un lugar austero y honrado, de manos fieras, sin guantes,
no existen marineros elegantes, esos mueren allí, ahogados en la orilla,
naufragando sin mirilla, a la deriva, en busca de un diploma dorado,
es el mes de junio del General Custer y sus flamantes estandartes.

Hablo de la humilde mesilla de Góngora, con pan tierno y mantequilla,
el bendito santuario del inquieto, sin habitación para la vanidad,
una casa hermosa de inexpugnable y condensada libertad.

Un volcán que escupe y a la vez esculpe, sin mesura, a borbotones,
eso que nunca podrán legislar, ni por tanto arrebatar, los mercaderes,
el telón irisado que te separa de sus pringosos y sebáceos tentáculos.































 

NOTA: Es una subida que tiene múltiples accesos pero todas las fotografías se corresponden con la vertiente marcada en este mapa. Tiene una longitud de 5,5 Km y salva unos 350 metros de desnivel.



Samuel Porcel Dieste





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