lunes, 24 de marzo de 2014

Larués, Sangüesa, Javier, Leyre, Aibar, Petilla, Ruesta, Larués

Las fotografías las realicé el pasado sábado en el itinerario descrito en el título. Fueron 202 Km y unos 3.000 metros de desnivel.

Los pronósticos meteorológicos no eran muy halagüeños pero lo primero es madrugar que en la cama seguro que no se suma.

Cuando salí, sobre las siete y media, hacía una mañana para enmarcar y durante los primeros kilómetros, dentro de un aire templado que al tacto parecía algodón, fui planeando el recorrido.

Pero aquel proyecto se fue al traste cuando me pilló la tormenta y como no llegué a contar tres segundos entre el rayo y el trueno decidí avanzar a toda velocidad, sin mirar atrás, sin parar a ponerme el chubasquero.

Cuando andaba empapado el viento se animó y supe que ya no sería posible entrar en calor.

Tan sólo llevaba dieciséis kilómetros y decidí seguir porque, y para que quedase como una simple anécdota, tenía que diluir entre varias horas de diversión aquel mal trago bajo la tormenta.


Una bonita mañana de primavera.



Hasta que se hizo la tormenta y la carretera quedó cubierta de granizo.



Undués de Lerda


Vuelta a la primavera.

Castillo de Javier

Subida al Monasterio de Leyre.



Liédena

Puerto de Olaz


Sangüesa

Dos vistas sobre Gordún y una foto de Petilla de Aragón.



Ruesta y una foto de Cuatro Caminos.


Undués Pintano y Pintano

Oroel y San Juan.

Samuel Porcel Dieste Samuel Porcel Dieste Dieste

2 comentarios:

  1. Esa carretera blanca, granizada, de tan humilde, desconocida, me parece un camino casi heróico.
    Pero, admite una sugerencia: hasta el mismísmo Cid, se habría desmontado y, sin que nadie le viera, se habría puesto el chubasquero.
    Toma nota. Queda mucho camino.

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  2. Pero no me puse el chubasquero porque, y bajo los rayos, no quise perder ni un segundo, y cuanto antes, aún mojado, saliese del atolladero, mucho mejor.
    Más vale acabar empapado que socarrado.
    Salud.

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