Las fotografías las realicé entre el lunes 18 y el
viernes 22 de Junio, en el siguiente recorrido:
Larués, Berdún, Echo, Aísa, Jaca, Pto Oroel, Rasal,
Boltaña, Campo, Espés, Barbastro, Sariñena, Fraga, Caspe, Maella, Valderrobres,
Alcorisa, Villarluengo, Fortanete, Mora de Rubielos, Camarena, Teruel, Bezas,
Albarracín, Cella, Bueña, Utrillas, Cortes, Fonfría, Calamocha, Cariñena,
Codos, Calatayud, Illueca, Beratón, Ágreda, Tarazona, El Buste, Borja, Mallén,
Tauste, Ejea, Navardún, Larués.
Fueron 1.600 Km, y unos 12.000 metros de desnivel en un tiempo total
de 94 horas y 30 minutos.
Paré a dormir dos veces, por lo que podría hablar de tres
etapas: Larués - Mora de Rubielos (Km 840), Mora de Rubielos - Cariñena (Km
1220) y Cariñena - Larués (Km 1600).
Preámbulo. Pueblos
de Aragón.
(…) pero en este mundo si uno no quiere
morirse de hambre o se hace fraile o se hace bandido. Tú has elegido tu camino
y yo he elegido el mío, y el mío es más duro. Tú hablas de padre y de madre
pero cuando te fuiste para hacerte fraile yo me quedé. Tenía diez o doce años,
había que trabajar duro y yo lo hice, aún sabiendo que era inútil. Y sabes lo
que te digo hermano, tú te has hecho fraile porque eres demasiado cobarde para
hacer lo que yo hago. (de la película El bueno, el feo y el malo).
Quise dar otra vuelta de tuerca, para mis vacaciones, y
decidí mandar a tomar viento cualquier interesante, y sosegado, destino
turístico.
Me propuse hacer 1.600 kilómetros bajando de los cuatro
días porque me pareció un reto difícil pero posible, en el que debía dar mi
mejor versión y, tras el cual, quedaría un nuevo conocimiento.
Tenía que hacer esto. Y tenía que hacerlo en casa.
Un formidable mano a mano en Aragón, una batalla campal
contra Aragón, ese terreno áspero y cortante, esa cáscara vacía donde
proliferan las lápidas desatendidas y las carreteras reventadas, donde el
cierzo, la aridez sofocante y las montaña dejaron poco alimento y un reguero de
emigrantes de los que ya nunca más se supo.
Yo quería culminar este reto para ser tan duro como
Aragón, que es mi hogar.
Aventura dedicada a los que se quedaron.
Capítulo uno.
Retrospectiva.
Algunos Sheriffs de entonces ni siquiera llevaban armas (...), me gusta hablar de los veteranos (...) uno no puede evitar compararse con los veteranos y preguntarse cómo se las arreglaban entonces. (de la película No es país para viejos).
Me gustan estas aventuras porque me recuerdan a aquellos
días de antes más, cuando, sin edad para tomar café, salíamos a la aventura con
cien pesetas, un par de bocadillos y media tableta de chocolate Dolca.
En esa época nadie se escandalizaba por ver a unos niños
de diez años dando tumbos por la carretera, a cincuenta kilómetros de su casa y
sin la compañía de ningún adulto.
Fidel, Juanma, mi hermano y yo teníamos más curiosidad
que conocimiento y, salvo el primero, que era incombustible, reventábamos dos o
tres veces por excursión.
Pero nunca se nos pasaba por la cabeza llamar a casa para
que nos viniesen a buscar. Eso era algo inconcebible.
Siempre llegábamos porque éramos orgullosos y teníamos
aguante.
En días grandes como este me acuerdo de esas excursiones
y me gustaría que estuviese mi abuela Magdalena para ver la cara que pondría
ante las rutas que hago ahora.
¿Qué pensaría mi abuela?, me pregunto antes de empezar.
Salgo unos minutos antes de dar las seis de la mañana.
La mañana transcurre plácidamente por el Pirineo y el
Prepirineo. Aquí una foto de la Foz de Biniés.
Puerto de Echo.
Bajando a Aísa.
Puerto de Oroel.
Rasal.
Collado de Barza. El calor empieza a apretar.
Tozal de Guara y Cuello de Bail
Puerto del Serrablo.
Puerto de Foradada.
Espés, tras coronar el Puerto de Fadas.
Capítulo dos. Sol
y sombra.
Bueno, eso es el desierto, un horno de 150
millas de largo, ni la guerra se atreve a pasarlo. Por allí huyen los confederados, por allí llegan los
nordistas, pero nadie pone el pie en esta arena (…) bonito paseo, ¿no te
parece?, ¿cómo me dijiste aquella vez?, ah sí, si administras el resuello un
tipo como tú puede llegar (…). (de la película El bueno, el feo y el malo).
A partir de Barbastro (Km 410) el camino se convierte en
una monótona y pesada sucesión de rectas. Sin nada con lo que entretenerme y
con más de mil doscientos kilómetros por delante tengo que tirar de paciencia y
templanza para no venirme abajo.
Pese a hacerlo de noche, a salvo del calor, el desierto
ha sabido cobrarse su peaje.
Pasado Caspe (Km 570) el Sol ya luce en todo su esplendor
y el calor resulta asfixiante.
El aire está recalentado, arde el asfalto, y los rayos
solares, que perforan mi casco hasta adentrarse en el interior de mi cabeza,
parecen emitir una especie de zumbido seco y desagradable.
Hay momentos en los que siento que no puedo más pero no
tengo opción y debo avanzar.
Los bares, las gasolineras, con sus refrescos, con sus
helados, constituyen un verdadero oasis y las paradas se van sucediendo
mientras el reloj avanza y empiezo a acumular retraso.
Sijena.
Valderrobles. Me acuerdo del bueno de Gorgonio, que yo
creo que debe ser el mayor seguidor del blog, quien en su día comentó una foto
que hice de este pueblo. Sirva esta foto como agradecimiento a sus comentarios
y a su interés.
Muchísimo calor por el Bajo Aragón.
Alcorisa.
El Sol, en el puerto de Cuarto Pelado, me deja
destrozado.
Puerto de Fortanete.
Capítulo tres.
Carne de cañón.
Un sábado acabarás vomitando sangre en un
callejón, abrirás los ojos y me verás a mí y ya veremos lo que pasa (de la
película, El Sargento de Hierro).
Corono el alto de Fortanete y pienso que ya solo me queda
bajar apurando los últimos minutos de luz.
Pero la noche me envuelve y la carretera no se decide a
descender.
Tras más de cuarenta horas sin dormir y ochocientos
kilómetros a las espaldas jadeo como un viejo caballo de carreras que ha
reventado en mitad de una prueba.
Siento una soledad difícil de explicar pero no me hundo.
Tengo los músculos devorados pero me queda el cuajo y el
oficio y sé que voy a llegar, estoy seguro, y conservo una fe ciega en mí
mismo.
Venga, pedalea, tienes que seguir pedaleando, me digo en
un martilleo continuo, un poco más, vamos, un último esfuerzo.
Varios kilómetros después llego a la estación de esquí de
Valdelinares y comienzo a bajar lentamente porque no voy bien y no puedo asumir
riesgos.
Finalmente llego al hotel pasadas las doce de la noche.
Camino de la estación de Valdelinares.
Capítulo cuatro.
Días de verano.
Nos sentamos a
beber con el Sol a la espalda y nos sentimos como hombres libres (…) era como
si fuésemos los señores de la creación (de la película Cadena Perpetua).
Es una mañana plácida y agradable y voy parando, y
comiendo, aquí y allá, y hasta me remojo los pies en el Guadalaviar a su paso
por la bella localidad de Albarracín (KM 930).
Después vino la tarde con su calor y tal pero, con tranquilidad,
sigo pasando la jornada.
El tramo nocturno se me hace muy pesado y un inoportuno
pinchazo me retrasa media hora y no llego al hotel hasta las dos y media de la
mañana.
Subiendo a Camarena. He salido a las seis de la mañana y
hace una temperatura muy agradable.
Alto de Donarque y Albarracín.
Pasado Cella comienza un tramo recto y plano.
Bucólicos parajes entre Bueña y Perales de Alfambra.
Escucha desde el Puerto de San Just (Km 1085)
Puerto de Segura de Baños.
Se me hace de noche en el Puerto de la Fonfría.
Los modestos repechos de Retascón y Paniza, que me
conozco de memoria, se me hacen eternos.
Capítulo cinco. En
tiempo y en casa.
-
Steiner: Aristócratas prusianos valiente
montón de mierda ¿se marcha sin su Cruz de Hierro Capitán?, es sólo cuestión de
tiempo.
-
Stransky: ¿Y el resto de su pelotón?, ¡He
dicho y el resto de su pelotón sargento Steiner!
-
Steiner: Usted, Capitán Stransky, usted es
el resto de mi pelotón.
-
Stransky: Muy bien, acepto, te enseñaré como
lucha un oficial prusiano.
-
Steiner: Y yo le enseñaré donde crecen las
Cruces de Hierro.
(de la película La Cruz de
Hierro)
El calor sigue apretando y estoy harto de pedalear, estoy
muy cansado, me arden los pies, me escuecen las manos, cada bache es un
suplicio, tengo los labios cortados y las llagas en la lengua me obligan a
mezclar cada bocado con agua para reblandecerlo y poder pasarlo.
Pero ya queda poco y, a paso de tortuga, prosigo la
marcha.
En algún momento del reto soñé con llegar de día a mi
casa pero eso fue hace mucho tiempo y, cuando moría la tarde camino de Ejea (Km
1500), estaba mentalizado para el último tramo nocturno.
La larga recta de diecisiete kilómetros entre Ejea y
Sádaba, allí donde me desintegré cuatro años atrás en la brevet 1000 de
Zaragoza, me da pánico pero la paso bien.
En Sos (Km 1550) soy esa ficha de parchís que entra en
las casillas coloreadas.
El vaivén del foco resulta agotador y subiendo Cuatro
Caminos no lo aguanto más. No lo soporto y no me queda más remedio que apagarlo
en la subida y avanzar con la luz de la luna creciente.
La cabeza se me va un poco por el cansancio y el descenso
hacia Undués Pintano, a treinta kilómetros de la meta, se me hace eterno.
Cuando cada kilómetro parecen veinte es imposible no
dudar en que esto vaya a tener final. A veces pierdo la esperanza, siento que
el mundo se ha parado y a mí me ha pillado aquí, creo que voy a estar toda la
vida pedaleando.
Pero estoy en mi carretera y en tiempo de bajar de las 96
horas.
Pasado Bagüés el traqueteo de la bici sobre el asfalto
roto emite un sonido peculiar e inolvidable, capaz de silenciar la sensación de
hambre que de un tiempo a esta parte tengo por compañera.
Calma, respira, despacio, has tenido mucha paciencia, no
la vayas a pifiar ahora, me digo varias veces, y lo que un día normal me cuesta
veinte minutos me lleva más de cuarenta.
Pero llego y caso resuelto.
Y ahora ya con ganas de hacer la Madrid Gijón Madrid.
Creo que me lo pasaré bien.
Salgo poco antes de las siete de la mañana y me subo el
Alto de Codos a modo de desayuno.
Bonitos parajes entre Calatayud y Huérmeda, una de las
carreteras más bonitas de la provincia.
Pasado Illueca la carretera se empina. Vistas sobre Tierga.
Alto de Beratón. Hace muchísimo calor y paso algún
aprieto.
En el Buste, cerca de Tarazona (KM 1410) el calor resulta
insoportable.
El Ebro.
Entre Tauste y Ejea las rectas se me atragantan. Paro en
Ejea a cenar y paso un rato muy agradable con dos aficionados al ciclismo que
conocen mi blog, hecho que me hace ilusión. Además uno de ellos, que debutará
en las brevets en octubre, me invita a la cena. La verdad que la atención de
estos dos compañeros me dio una buena inyección de moral y salí especialmente
motivado.
Puerto de Cuatro Caminos.Ya
van veintiséis años sobre sus rampas.
Puerto de Bagüés.
La última cuesta, a unos metros de mi casa.
Samuel que grande eres ! Fantastica gesta de 1600 ! Magnifico que sea x nuestro Aragon ! Y lo mejor, como lo cuentas y lo compartes en el blog ! Lo unico que me joroba es que no se de cine y me pierdo buena parte de lo que expresas... La que si que capto es esa de la ficha del parchis que entra en las casillas de colores. Me encanta. Te la copiare en alguna cronica. Enhorabuena desde Barbastro.
ResponderEliminarBuenas. Lo del cine es algo muy pesonal y si no se han visto las películas imposble de interpretar pero me gusta ponerlo aunque sea sólo para mí o para cuatro cinéfilos (bueno, creo que solo mi hermano...). Un saludo.
EliminarPasamos un buen rato aprendiendo de tus experiencias. Gracias
ResponderEliminarGracias, yo también pasé un buen rato y me vino muy bien para desconectar. Un saludo y espero que la Treparriscos os fuese bien.
EliminarHola Samuel; te has pasao, tío; qué grande eres. No sé por qué, leyendo tu magnífica crónica, rescato de la memoria los poemas épicos de la Grecia antigua. Llevas tus aventura sobre la flaca al límite en esta ocasión. Felicidades y enhorabuena por el reto conseguido. Ah, muchísimas gracias por la dedicatoria de la preciosa instantánea de Valderrobles. Es cierto, me encanta tu blog, tu narrativa y la épica de tus andanzas.
ResponderEliminarUn cordial saludo, amigo.
Gorgonio.
Una vez más gracias por tu comentario. Un saludo y buen verano cicloturístico, o como se diga.
EliminarEnhorabuena, Samuel. Según voy leyendo, me imagino el calor, el cansancio , el sueño,las rectas, los baches,el hambre,la sed. Buf! Tremenda paliza. Pero , otra vez ,lo conseguiste!
ResponderEliminarAitor.
Gracias. Aunque el calor y la sed nada en comparación con el que pasamos el año pasado por Murcia. A ver si coincidimos en otra, que siempre viene bien rodar con gente de tu nivel (en tu caso de maestro).
EliminarBuena entrada y buenos km, enhorabuena.
ResponderEliminarBuenísima la crónica de tu gesta, intrépida, encomiable, y narrada con esa agilidad y estilo propios de quienes saben vivir. Enhorabuena por ello. Besos
ResponderEliminarGracias y a ver si vemos alguna peli buena o convertimos todos esas cintas VHS en cds para ir ampliando el repertorio de citas y demás, que empieza a flaquear
EliminarFelicidades Samuel por la consecución de la gesta, y un diez a la narración
ResponderEliminarque ha sido genial. Saber percibir la belleza de Aragón, pese a su aridez en algunas zonas y la despoblación, no es algo al alcance de todos, aunque si de muchos ciclistas. Enhorabuena de nuevo. Esta claro que tendré que revisar los diálogos de las pelis de Leone, no los recordaba tan buenos. Un saludo.