Las
fotografías las realicé el pasado sábado en el itinerario descrito en el
título. Fueron 186 Km y 5.000 metros de desnivel.
El que
suscribe, o sus escribe, estas líneas nunca tuvo tantos motivos para realizar
una excursión, y las comento.
Viviendo
en Zaragoza algún día el llano me saldrá por las orejas.
Esta amenaza, que de producirse saldrá en el Diario del Alto Aragón junto a las crónicas de ingesta masiva de tapas de ternasco, hace que los sábados el cuerpo me pida, como cantara Siniestro Total, comisaría.
Además
el pasado fin de semana no pude coger la bicicleta por problemas de agenda y
quería averiguar si correr sirve para algo más que sudar y recolectar agujetas
en músculos de los cuales servidor desconocía su existencia. Y de momento la
respuesta la doy por afirmativa.
Lo
último que se me olvidó, otra vez, que el verano ya quedó enterrado la pasada
semana y, entonces, no encontré motivos para batirme en retirada.
Plateau
de Lehrs. Salva unos 700 metros de desnivel en 11 Km. Los dos primeros kilómetros son muy
exigentes pero luego, en una zona de herraduras, suaviza. La parte final deja
bonitas vistas sobre los Pirineos.
Laberouat.
El coco del Valle del Aspe. En 11 kilómetros sube 960 metros. Tiene un kilómetro y medio muy exigente, con una pendiente media del 14%.
El fondo del valle del Aspe también deja bonitas vistas.
La subida al pueblo de Aydius comienza en Bedous, y sin haberlo preparado me ha salido un pareado, y en 6 suaves kilómetros salva unos 300 metros de desnivel.
El Col de Houratate comienza en Osse en Aspe. Tiene 7 kilómetros para ascender 604 metros.
En Lourdius comienza el modesto Col de Ichere. El puerto fue ascendido en el Tour del 91. En aquella edición lo
catalogaron, exagerando su dureza, como 2ª Categoría.
Después le tocó el turno al Marie Blanc. Hice un sube y baja por la vertiente dura, la de la Quebrantahuesos. Concentra toda la dificultad en sus últimos cuatro kilómetros que son tan duros como constantes.
Bonitas vistas, cerca de Accous.
El fuerte del Portalet.
El último puerto fue el Col de Somport cuya mayor cualidad es la longitud.
Puedo
decir que en el descenso adelanté a todo bicho viviente, ¡chaval!.