Las fotografías las realicé el pasado sábado en el itinerario descrito en el título.
Fueron 87 Kilómetros (25 por carretera y el resto por pistas) y unos 2.000 metros de desnivel.
Cuando no es una peste es otra y pensarán que este mocé, aunque por la edad que gasto el término es del todo inapropiado, no para de chomecar a cuenta del tiempo y dar la lata con sus múltiples averías.
Pero, la verdad, es que hizo mucho calor y, la verdad, es que, ironías de la vida, no me entraba el plato pequeño. Conozco a gente que con un poco de cinta aislante solventaría cualquier problema con la mecánica pero debo decir que un servidor es la antítesis de McGyver.
Así que tuve que prescindir de la subida a Santo Domingo y acortar la ruta prevista. Finalmente quedó una jornada de asueto, con más horas de bar que de bicicleta.
El que no recortó fue un montañero que conozco quien, víctima del enésimo boicot culinario perpetrado por sus rivales, se enfrentó a un chuletón, crudo, por supuesto, de kilo y medio en la hora de la comida. Ni el propio Contador hubiese sido capaz de engullir semejante pieza sin hacer saltar los controles anti-doping, ¡qué barbaridad!.
Excelentes fotografías. Gracias por compartirlas.
ResponderEliminarMuchas gracias. Las Altas Cinco Villas son espectaculares y sus recorridos para la bicicleta de montaña infinitos...¡no creo que haya una región igual!
ResponderEliminarUn saludo.
Debería, yendo a lo nuestro, dar datos fehacientes sobre la identidad del engullidor. Si bien es cierto que, tal como yo veo la cuestión desde un ángulo poco propicio,se trató de un boicot para limitar sus -casi- ilimitadas potencias montañeras, bien pudo ser que disfrutara con el engullimiento de una forma, no por menos humana, algo gorrinácea.
ResponderEliminarAtrévase y de datos. Y que cada palo aguante su vela, y su bistec. Y a usted, ¿cómo le fué con su parte?
Anónimo.
1) Sobre mi parte bien. Divide y vencerás, que decían los romanos, y eso hice con esa colosal pieza de carne. Un poco para la comida, un poco para la cena. Hay que cuidarse y no arriesgarse a una indigestión que todavía queda mucha tela, cicloturista, que cortar.
ResponderEliminar2)El "boicoteador" la pifió, pues no sabía que la marcha de los 3 ibones se ha aplazado para septiembre, allí nuestro montañero tuvo suerte porque, me consta que, de hecho, todavía no ha culminado el proceso digestivo de esa pitanza. Y ahí sigue como una culebra procesando un elefante.
3) Hubos dos engullidores, fue un dueto espectacular e inesperado. Uno de ellos era el famosísimo escalador Mikel de Baigorry cuyas cualidades montañeras, por infinitas, no se pueden acotar.
Un saludo.
Un saludo.