El proyecto.
Quise plantear un reto solidario en favor de los más de veinte mil beneficiarios de la Fundación Banco de Alimentos de Zaragoza y lancé el desafío de completar el recorrido largo del Infinity Pirineos en un tiempo máximo de 45 horas.
La idea era realizar un reto asumible para no ir con el agua al cuello (calculaba que me llevaría entre 38 y 40 horas) pero llamativo para que tuviese difusión y las empresas y los particulares se animasen a donar.
Al final ha quedado un proyecto bonito y colectivo en el que la solidaridad de algunas empresas (Skoda Zaratecno, Fundación Rey Ardid, Alen Bikes y Astún Estación de Esquí y Montaña), la generosidad de los particulares anónimos, el apoyo de los medios (Heraldo de Aragón, Diario del Alto Aragón, El Pirineo Aragonés, Aragón Digital, Aragón Radio e Infinity Pirineos) y el buen hacer y prestigio de los voluntarios del Banco de Alimentos han conseguido recaudar 3.847,50 Euros que irán destinados a los segundos platos en la campaña de verano (al cambio unos 1.900 kg de comida para aquellos que no tienen nada y a los que les deseo toda la suerte del mundo).
El próximo, con más experiencia y tiempo, más y mejor.
Introducción. Oda al ciclismo y a mi casa.
Veréis, tal y como yo lo veo, el ciclismo es una cuestión de valores porque las cualidades que te definen como ciclista emanan de tu propia cultura.
La cultura, los valores, los principios, son algo aprehendido y, de esta manera, el ciclista empieza a construirse desde niño, a base de escuchar, y leer, historias y leyendas. Solo así surge esa curiosidad por saber de qué se está hablando en aquellas aventuras anónimas, en aquellas lides por abrirse paso en un camino de piedras.
Y si hablo de valores qué mejor manera que realizar este proyecto allí de donde los tomé.
El caso es que pasé los cálidos veranos de mi infancia escuchando historias de estrecheces y la Ley del máximo esfuerzo.
Si esta pasión versa sobre valores y principios resulta natural identificarse con una entidad como la Fundación Banco de Alimentos de Zaragoza.
Y de allí este proyecto.
Aventura dedicada a mi madre y a mi abuela Magdalena que, además de la vida, me dieron un lugar donde pasarla y unos buenos valores.
Capítulo 1. Prisas.
En la tarde del sabado los pronósticos del tiempo seguían manteniendo la alerta por lluvias y tormentas hasta el domingo por la noche y vi clara la jugada. En Escarrilla (Km 270) me agencié una barra de pan, dos plátanos y un poco de embutido con el objetivo de cenar allí donde la lluvia me exigiese buscar refugio y minimizar las pérdidas de tiempo.
Mientras el tiempo aguantase yo debía mantenerme en la carretera y así me privé de una agradable cena caliente.
Y hasta el kilómetro 370 solo paré media hora.
Arranco desde Larués a las seis y cuarto y a primera hora alcanzo ya Santa Bárbara. Este pequeño puerto fue la primera subida que hice, allá por los años 90, con cartel de puerto.
Para respetar al máximo posible el itinerario hago un sube y baja al pueblo de Bernués.
Los repechos de Javierrelatre son unos viejos conocidos de este blog.
Y así, entre cuestas, llegamos al inicio del largo Puerto del Serrablo.
Bajo por donde he subido y emprendo el alto de Navasa con un tramo sin asfaltar por las obras de la carretera, que está cortada.
El siguiente puerto fue el Alto del Petralba.
Desciendo de nuevo a Sabiñánigo y me meto por Larrede y la ruta del románico del Serrablo.
Después subo al Balneario de Panticosa donde trabajé unos seis años.
Tras este alto subo Formigal por Salllent.
Voy bien de tiempo y las subidas a Betés y a Barbenuta las hago también de día.
Subiendo al Cotefablo empiezan las tormentas y lo bajo con algo de lluvia. En Biescas arrecia la lluvia y aprovecho, mientras se pasa el temporal, para cenar media barra de pan bajo el techo de la gasolinera.
Capítulo 2. Tormentas
Paso la noche en tensión viendo relampaguear en todas las direcciones. Sin embargo, con el viento en calma, aquellas tormentas quedaron inmóviles y nunca dejaron la categoría de amenaza.
Bajando Oroel, sobre las dos de la mañana, me entra sueño pero consigo superar ese trance con dos barritas y algo de resignación. De todos modos, ¿qué otra opción tenía? Con el suelo mojado y el temor de ser alcanzado por alguna tormenta hubiese sido imposible echar una cabezada.
Hago el complicado descenso de San Juan de La Peña bajo la lluvia y en Santa Cruz, pasadas las cuatro y media de la madrugada, busco refugio para apurar la comida que aún me quedaba.
La subida a Acumuer no es dura pero la bajada, por una carretera en mal estado, se me hizo complicada.
Vista de Villanovilla.
El Domingo amanece espléndido quedando claro que los meteorólogos habían errado el tiro. Así que solo tuve que dejarme llevar por mis carreteras de toda la vida.
Empiezo con la subida a Astún, donde también trabajé unos años. La primera vez que la ascendí con la bici fue en el 99. En aquella época no tenía tanto fuelle y mi madre me acercó hasta Jaca para hacer el puerto. Y aún así pasé mis aprietos...
Aunque sé que para valorar tu ruta y poder percibir su valor y dificultad hay que ser un buen ciclista, o un aventurero contumaz, te agradezco la emoción y humildad que transmites.
ResponderEliminarEres un campeón irrepetible.
Gracias por el comentario. Aunque campeón, solo de mus ( y en torneos de bajo standin)
EliminarNo tengo palabras
ResponderEliminar😳🤩🤩😵💫😵🤩🤪
Gracias y buen surtido de emoticonos jeje. Suerte en tus retos!
Eliminar"Mi más sincera felicitación por tu gesta y finalidad, por promocionar hermosas zonas de nuestra geografía que caen en el silencio y abandono. Un hombre y su nuevo Rocinante de dos ruedas, nos dan un hermoso testimonio de la más cuerda locura, la verdadera solidaridad y entrega en lo que crees y sientes. Gracias por tu ejemplo Samuel, y también te felicito por tu hermano David por el orgullo que refleja cuando habla de ti. Reitero mi admiración y agradecimiento por ambos (Pablo, compañero de IES Miralbueno)
ResponderEliminarMuy bonito tu comentario. Gracias
EliminarCuanta emoción la de aquellas primeras etapas, que enseguida se hicieron historias, y que ahora viven en ti haciendo otras nuevas. Enhorabuena por seguir floreciendo. Un abrazo.
ResponderEliminarEtapas y pájaras irrepetibles. Del anecdotario del ascenso a Alastuey he omitido tu malhumorada vuelta por Puente La Reina jaja
EliminarJajajaja, una anécdota irrepetible.
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