El bueno, el feo y el malo.
Total, que el americano nos ha engañado, menudo tramposo y vaya tiparraco.
Algunos periodistas patrios se llevan las manos a la cabeza, el asunto les ha pillado de nuevas porque hace tiempo que dejaron de investigar más allá de las alcobas madridistas. Ya no quedan Aretas.
Hablan sobre el amigo texano y lo ponen a parir, de matón para arriba y todo de oídas, que no saben nada, que sólo han visto esa entrevista, por supuesto subtitulada.
Los mismos periodistas que defendieron a Don Solomillón, ese fenómeno que engullía por igual rivales y chuletones, ahora dan lecciones de moralidad.
En ese cocido tampoco investigaron, no tocaron ni un palillo que diría el abuelo, y eso que hubo indigestión.
Y es que Contador se marcó una milonga y demostró que contando cuentos también es todo un campeón, y contaminación alimentaria.
El chuletón vino de Irún que los vecinos no tienen esas calidades y por eso nos invadieron en el siglo diecinueve.
Sus compañeros de equipo se quedaron alicaídos, el paisano no les dejó probar aquella carne, que siempre hubo clases. Por eso ellos dieron negativo en el infalible control antidoping, no seamos mal pensados, que un niño bueno nunca deja el plato sucio y caso resuelto.
Pacharán y partida de mus se ve que no hubo, en plena competición no caben tales excesos.
Y lo de Valverde, eso sí que fue una carambola.
Aparecen unas bolsas de sangre condimentada que, por arte de birli birloque, llevaban sus iniciales y el nombre de su perra. No, no, no, que el tipo es legal, que le han hecho un montón de controles y nunca ha dado positivo, en eso se parece a Amstrong, y el chaval dice que no sabe nada, y hay que dejarlo correr.
Por si acaso le jodieron dos años y los periodistas empezaron a hablar de manías persecutorias contra el primer espada murciano.
O sea que Contador se arrancó por bulerías y olé, que habrá sido un medicamento que me ha hecho reacción, ¡no he bebido nada señor agente! y Valverde dijo que el tabaco no es mío mamá, que no sé que hace en mi cajón, y que buenos que son.
El que me cae bien es Manzano, a él le dio por piar fuera del confesionario y algunos le tildaron de majadero, de amante despechado ante el quiero y no puedo. Afortunadamente hubo gente que le creyó y le escuchó, y algún asunto llegó a buen puerto.
Y Lance, Lance es un mentiroso, de él no me creo nada, salvo la última entrevista, naturalmente.
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