Y ahí está la montaña con su ermita, aparece y desaparece, pero siempre se ve lejana, da como pereza, eso no cambia.
El viento va arrancando las hojas del calendario y empuja la curiosidad hasta el abismo del olvido pero la cumbre repite su discurso y el letrero mantiene su promesa, tan sólo 8 kilómetros de subida.
La cima está cansada, sin margen, agotada, y te promete un trozo del cielo y basta con mirar su determinación allí en la locura de las alturas para saber que no hay mentiras. ¿Por qué temblar ante el desvío?.
Al principio sus ciclotímicas rampas hacen dudar, nada resulta normal, la pista parece medrar y no se intuye el final pero hay que esforzarse y recordar que aquí no hay ni trampa ni cartón.
Y finaliza la cruz rompiendo el abono al blanco y negro, amplía tu pequeño País, ese que es tan grande como tú quieras que sea y donde no caben ni conquistas ni banderas. Habla de hacer nuevos caminos, de sudar y tomar partido hasta mancharse que diría Celaya y cantaría Paco Ibañez, de no pasar de largo, de no mirar nunca más de medio lado.
Salva 680 metros de desnivel en 8 Kilómetros.
Dedícale plegarias y parabienes y pídele milagros y soluciones y ya veremos si contesta él tus oraciones.
Me encanta tu comentario, hace unos 8 años hice la misma ruta y sufrí un poco...las fotos preciosas, qué voy a decir yo que soy de Salvatierra. Un saludo, Samuel.
ResponderEliminarSe agradece el comentario.
ResponderEliminarLa verdad es que un sitio muy interesante y una subida notable.
Recomiendo también la cercana Armentadoia, ascensión a la que también le dediqué una entrada (Navarra: Armentadoia).